La fiesta del Carnaval –carnevale – es la celebración popular que se realiza en distintos lugares del mundo, los días previos al tiempo de la Cuaresma del calendario Cristiano.
A pesar de las diferencias en los festejos, es muy popular en muchos países y su característica común, la de ser un período lúdico de permisividad y descontrol unido a disfraces, desfiles, comparsas y murgas. Una fiesta en la que todo vale.
Cuando a comienzos de la Edad Media, la iglesia católica propuso una etimología de carnaval, surgió la palabra italiana carnevale, que significaba, literalmente carne- vale, la época durante la que se podía comer carne, en contraposición a la prescripción obligatoria de abandonar la carne durante todos los viernes de cuaresma, cuando con el carne-levare ( del latín vulgar), debía “abandonarse la carne”, en la prohibición religiosa de consumo de carne durante los cuarenta días que dura la Cuaresma.
Así, en el Carnaval, durante tres días, designados “carnestolendas” la gente “tenía permiso” de comer en exceso y de usar máscaras para poder dar rienda suelta a sus instintos sin ser reconocidos, disfrutando tanto de los placeres culinarios como de los carnales.
Naturalmente encontramos en el carnaval elementos supervivientes de las fiestas Saturnales y de las Bacanales.
La celebración del Carnaval tiene su origen probable en fiestas paganas, como las que se realizaban en honor a Baco, el Dios del vino, o las que se realizaban en honor del buey Apis en Egipto.
De acuerdo a algunos historiadores, los orígenes de las fiestas de Carnaval se remontan a las antiguas Sumeria y Egipto, hace más de 5.000 años, con celebraciones similares en la época del Imperio Romano, desde donde se difundió la costumbre por Europa, siendo traído a América por los navegantes españoles y portugueses que nos colonizaron a partir del siglo XV.
La celebración más grande del mundo es la de Brasil, en Río de Janeiro, pero muchos otros países tienen importantes carnavales, como el de Italia, en Venecia, o el Mardi Gras (“martes graso” en francés), fiesta que se celebra en Nueva Orleans y Luisiana, Estados Unidos, en la cual las mujeres muestran sus pechos a cambio de coloridos collares, en el día previo al Miércoles de Ceniza que marca el inicio de la época de abstinencia.
Hoy, en un mundo en el cual hay muy pocas restricciones de todo tipo, y en el que todo o casi todo “vale”, el desborde del carnaval parece una ingenuidad, una conmemoración de vestigios de otros tiempos, donde, como señala el Eclesiastés, había un tiempo para todo.
Fotografía: Carneval, Venice, Italia