Queridos Christian y Mónica,
Desde que terminamos el curso que quería escribirles, por el impacto que ha tenido en mí.
Tenía escrito un largo correo con varios detalles, sincronías y “estallidos mentales”, pero luego… “eclipse penumbral en nodo sagitario-geminis”.
Lo ejemplificaré con un sueño que tuve hace un par de noches, donde de pronto despertaba en otra vida. Otro esposo, que me amaba, otros hijos… y me daba pena no recordar nada de esa vida antes de ese momento. Y recordé algo que le dije a mi esposo una vez que hablamos de nuestros temores de llegar a la tercera edad… para mí es olvidar lo recorrido.
Y de pronto todas esas sincronías, todo lo que me estalló la cabeza con el curso, toda la remembranza del último mes (además que terminé otro curso que le conté a Moni) vienen justo antes de este nodo que me dice “aun asi… todas son verdades a medias”
Asi que lo que me queda compartir con ustedes, después del periplo interior, es que me sentí muy identificada con el camino de búsqueda de conocimiento (o de remembranza) de Jung. Ir atando estos cabos, todas esas señales repartidas por el mundo diciendo lo mismo… o apuntando al mismo norte. La verdad, me sentí como el patito feo cuando ve por primera vez a los cisnes…!
Me encantó y les agradezco profundamente a ambos por el curso. Ahora más siento que pude reconocerme en la “tribu”, pero también en lo que decía Jung: “este es mi camino, mi experiencia…” Entiendo completamente por qué no quería una fundacion, por qué instaba a otros a descubrir el camino de su propia experiencia (Ascendente en Acuario <3 ) Y eso es algo que sentí muy chica cuando empecé este camino y dudé si era real o solo mi imaginación: “No importa. Da lo mismo. Para mí tiene sentido y eso basta para que tenga validez, porque en mi interior es el cambio”. Creo que eso me dio el empuje de seguir mi camino de polluelo de cisne en un mundo de patos… xD
Acabo de recordar que Andrés me recomendó meditar en Shiva hace un tiempo, y sentí que para llegar a Shiva, tenía que hacerlo a través de la Diosa, de Shakti y Kali-Ma. Así, ahora me decía, “por qué me demoré tanto en llegar a Jung?” Y luego me di cuenta que sí había llegado… de la mano de dos grandes mujeres, Jean Shinoda Bolen y Maureen Murdock 😀 y ahora lo veo claramente gracias a ustedes, queridos alquimistas del alma.
Siento que es tiempo de despedir una etapa entera. Siento que se ha cerrado un círculo, para abrir otro nivel que no sé a dónde llevará. Tal vez como dijeron en el conversatorio, es tiempo de re-imaginar el mundo, tal vez es tiempo de soltar los viejos mitos y escribir los nuevos mitos que sustentarán el nuevo mundo. Tal vez es hora de despedir los antiguos símbolos… o tal vez los antiguos significados… ustedes pueden tener una mejor idea del proceso que yo.
Eso me recuerda que tengo escrita una re-imaginación del relato de Perséfone, basado en un relato de Clarissa Pinkola Estes, que ella dice venir de una versión pre-helénica del mito, y que me gustaría compartir con ustedes. Espero poder hacerlo pronto.
Los abrazo con todo mi corazón y muchas gracias por el re-encuentro.
Y como decimos mucho entre mujeres circulantes, les honro y atestiguo, benditos los caminos que han recorrido para ser quienes son y muy agradecida que iluminen al mundo con sus vidas bellas.
Muchos cariños y bendiciones para todo lo que fue, es y será,
Querida Barbara:
Querida Bárbara, hemos compartido desde hace años, pero siempre me sorprendes con nuevas y profundas palabras, que emocionan. Gracias a ti por estar, por honrar nuestra Escuela con tu presencia, y gracias por ver, eso que sin duda, también es tuyo.
Cuando leí “queridos alquimistas del alma” se me puso la piel de gallina, porque, -se lo he dicho a Christian varias veces-, me levanto todos los días de mi vida por ese hondo y sagrado quehacer, mi norte y mi guía; encontrar el oro escondido en el plomo, primero en mí, luego siendo amorosa partera de otros.
Como dices, ya éramos junguianas mucho antes de saberlo, desde la vía húmeda y la sabiduría hermosa de nuestros círculos femeninos.
Te abrazo, honro y bendigo. Y agradezco se cruzaran una vez más nuestros caminos. Para el re-encuentro, aquel, que como dices, fue, es y será.
Mónica