Un texto de Tony de Mello*
.¿Por qué es Dios invisible? Dios no es invisible. Vuestra visión está borrosa, y por eso no lográis verlo. La pantalla de cine se hace invisible cuando se proyecta sobre ella una película. Aunque la miréis incesantemente, no lográis verla; estáis demasiado agarrados por la película.
El meditador hindú se sienta con las piernas cruzadas y se mira a la punta de la nariz, como símbolo viviente de que Dios está precisamente enfrente de nosotros, pero nuestra mirada está fija más allá, en la distancia. No se trata de buscar y encontrar la punta de tu nariz. Hagas lo que hagas y vayas a donde vayas, despierto o dormido, te vuelvas adonde te vuelvas, está justo ante tus ojos. No la has perdido nunca. Simplemente, no logras distinguirla.
Durante siglos, la India hindú ha visto a Dios no “creando”, sino “danzando” la creación. Lo verdaderamente extraordinario es que el hombre ve la danza, pero no logra reconocer al danzante.
Por eso, en la búsqueda de Dios debemos comprender que no hay nada que buscar ni alcanzar. ¿Cómo podéis poneros a buscar lo que está justo delante de vuestros ojos? ¿Cómo podéis alcanzar lo que ya poseéis? No se trata de esforzarse, sino de reconocer.
Los discípulos de Emaús tenían al Señor resucitado delante de ellos, pero hubo que abrirles los ojos. A los escribas y fariseos les sobraba esfuerzo, pero les faltaba reconocimiento. En el Juicio Final la humanidad exclamará: “¡Estabas con nosotros y fuimos incapaces de verte!” La búsqueda de Dios es, por tanto, un esfuerzo por ver.
Un hombre ve cada día a una mujer, y ésta parece semejante a las demás hasta el día en que él se enamora de ella. Entonces se abren sus ojos y se asombra de haber estado contemplando durante años a aquella diosa adorable y no haber sido capaz de verla.
Dejad de buscar, dejad de viajar, y entonces llegaréis. ¡No hay adónde ir! Calmaos y ved lo que está ante vuestros ojos. Cuanto más rápido viajáis, más esfuerzo necesitáis para viajar y más fácil es que os extraviéis. La gente pregunta “dónde” encontrará a Dios. La repuesta es: “aquí”. ¿”Cuándo” lo encontrarán? La respuesta es: “ahora”. ¿”Cómo” lo encontrarán? La: respuesta es: “callad y ved”. (Un cuento oriental narra cómo un pez del océano sale en busca del océano, pero no lo encuentra por ninguna parte: ¡no ve más que agua!)
* Anthony de Mello (1031-1987), sacerdote jesuita nacido en la India, famoso por sus conferencias sobre espiritualidad, donde fusiona la doctrina judeo cristiana con la budista.
fotógrafo: Luz Adriana Villa A