Papá —
Hay un antiguo mito que dice que todos los niños, antes de nacer, están en contacto con las verdades de Dios. Pero en el momento de nacer un ángel les da un beso en los labios y les sella la boca. Es el ángel del olvido. Por eso los hombres tienen que aprenderlo todo; no recuerdan nada.
Flavio —
Sí, es así. Pero yo ya estaba avisado, y cuando vino el ángel me esquivé, y apenas me tocó. Por eso me acuerdo. Es muy triste olvidarse.
Ahora cada vez más niños van a traer el recuerdo de Dios. Pero lo más difícil no es recordar sino ponerlo en palabras.
Flavio, 5 años
Tomado del libro Vengo del Sol, de Flavio Cabobianco
Vengo del Sol surge a partir de un trabajo de ordenamiento que la periodista austro-argentina Ama Hilde Brostrom realiza sobre la base de notas tomadas por Alba Zuccoli y Omar Néstor Cabobianco –padres de Flavio-, de los precisos dibujos donde Flavio ha organizado los niveles del universo y de los “libritos” donde agrupaba los materiales. En los encuentros con ella, Flavio, que entonces tiene 8 años, agrega comentarios a los dibujos y esquemas que facilitan la comprensión de sus explicaciones sobre temas tan inasibles como la formación de la materia, la misión al encarnar, los recorridos de las almas, la energía de los planetas y el Universo, el tiempo-espacio, etcétera.
P.S. Flavio hoy ya es un adulto.