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Todo en la vida tiene un orden, y eso alcanza también, al camino evolutivo, aunque sean muchos los que creyendo ser libres, se pierden en el libertinaje, asegurando que eso es despertar.

El precio de la libertad, es la responsabilidad, nos enseña sabiamente el Tarot.

Así, hay cuatro pasos, que son básicos y correlativos, en el camino de cualquier iniciado, es decir en el de cualquier persona, que quiera conectar con su doble origen, el humano y el divino.

El primer paso es Hacerse cargo de uno mismo(a)

Significa hacerse adulto, pagar las propias cuentas, abandonar la casa de papá y mamá, o al menos destetarse. Esta es la razón del porque en muchas escuelas de la antiguedad no aceptaban personas menores de 35 o 40 años.

El segundo paso, Perdonarse, perdonar y sanar.

Es decir, mirar las heridas y hacer terapia si es necesario. Muchos “sanadores” se saltan este peldaño fundamental. Nadie está completamente resuelto, todos tenemos por ahí algún tema, pero no se puede ayudar a otros a sanar, si uno no ha sanado primero. (O en el decir de una maestra, un dentista puede tener dos caries, pero no la boca llena de caries)

En el tercer paso, recién, Abrazar un camino espiritual.

Cualquiera, ya que todos llevan a la Fuente. Y ser disciplinado, que viene de discípulo. La disciplina, es la odediencia absoluta a nuestra esencia, a nuestro ser superior.

Y el cuarto, Volverse humilde.

Del latin humilitas, bella palabra que viene de humus, que significa tierra, la capa más fértil de la tierra,con toda la aceptación de nuestras limitaciones.

¡Nos vemos en el camino!