Para mantener y restaurar la armonía en el hogar, nuestra casa debe estar limpia, ordenada y bien ventilada.
Aunque parezca obvio, para renovar las energías es muy importante cuidar nuestro entorno manteniendo todo en orden, limpio y libre de cosas que no tengan utilidad o sentido  para nosotros.
El desorden hace acumular malas energías y éstas se quedan estancandas en rincones o armarios. Una cosa es guardar ciertos recuerdos y otra, acumular por acumular; eso sólo nos lleva a un desorden caótico y agotador, que no nos deja avanzar.
Muy por el contrario, cuando uno tiene todo dispuesto de manera armónica, parece como si pudiese respirar mejor.
Tener acumulación de cosas hace que vivamos en el pasado y no en el presente.
No me creas, haz la prueba, un día arregla aunque sea el cajón del velador, y verás como te sientes mejor si te deshaces de cosas que ya no usas.
Las energías se graban en el espacio a través del tiempo, y por ello se deben limpiar, pues lo que no sirve, estorba, nos contamina y nos impregna negativamente.
Las experiencias vividas año tras año quedan en el ambiente, por eso, cuando te mudes a una nueva casa, o comiences un nuevo año, mueve la energía.
Despeja rincones y procura no apilar cosas. No guardes objetos debajo de la cama.
Pon flores frescas; siempre son una bendición.
Hasta que no limpiemos nuestro hábitat, nuestro espacio, no estaremos sanos. Esto también es aplicable a las relaciones con las personas; hasta que no estemos bien con nosotros mismos, no estaremos bien con nadie.
Para purificar tu hogar luego de una discusión, pena o dolor (son parte de la vida y todos las tenemos), recorre tu casa, de adentro hacia fuera con una varita de incienso diciendo algo así como: “Bendito este hogar y todos los que habitan en él. Benditas sean sus puertas y ventanas: este hogar está protegido, ahora y siempre”.
Crea ambientes agradables, mantén y restuara la armonía de tu hogar y verás como te sientes cada vez mejor.
P.D. Ya se viene el otoño y los  actos simbólicos son siempre muy eficaces. Dicen los que saben, que al eliminar en esta época lo que no usamos, vaciando nuestros cajones, nos conectamos con el espíritu curativo de dejar ir, de soltar, descargando la correspondiente basura emocional de nuestras vidas, haciendo de paso, un voto, en la confianza absoluta de volver a intimar con lo esencial.
Ilustración: La ventana con flores, de Carl Larsson.