Cualquier enfermedad, en su sentido más amplio, es una desarmonía.
Aprovecha cualquier enfermedad de tus hijos como un tiempo precioso, como un paréntesis para replantearte el “corre-corre” de cada día y darte cuenta que nada es tan importante.
Cuida a tus hijos con los remedios, pero sobre todo pasa más tiempo con ellos. Cuando los niños se enferman “quieren mamá”.
Ilustración: there Jessie Willcox Smith