Si yo fuese directora de cine, este es el tipo de películas que me gustaría hacer.
Películas de tono menor, sin grandes aspavientos ni estridencias, en las que aparentemente no ocurre nada, pero ocurre todo. La vi hace unos tres meses atrás, y quedé cálidamente envuelta en el encanto de su sencillez. Hoy, la revisito, pues veo que será estrenada en algunos cines de la capital.
Paterson es un canto a la vida y a la poesía. Pero no a la poesía grandilocuente de la academia, sino al lirismo de las pequeñas cosas de la vida cotidiana, fuente inagotable de inspiración, para las almas que lo podamos percibir.
Paterson es un conductor de buses y poeta, que agradece las bendiciones de su rutina en un apacible ir y venir, prácticamente sin sobresalto alguno . Cada día, se despierta sin necesidad de despertador, da un beso a su mujer Laura, y desayuna cereales antes de iniciar su jornada de trabajo. Regresa a casa para cenar, saca a pasear a su perro, y toma una cerveza en el mismo bar, todas las noches. Al mismo tiempo, retoca los versos que va anotando en su libreta, cuya inspiración surge de la realidad menos extraordinaria: en las conversaciones que mantiene con su mujer, en los fósforos de la cocina, en los trayectos en el bus por las calles de la ciudad.
Los amantes del poeta William Carlos William (un reconocido poeta de lo cotidiano, como nuestro lárico Jorge Teillier), dicen que esta película es un homenaje velado a su obra. Pero seas amante de la poesía o no, esta es una de esas películas que abrazan, por su deslumbrante honestidad y simpleza. La de un hombre en paz consigo mismo, conectado con lo esencial, tan fuera de los demonios de la mente, de la existencia del hacer, tan puro de corazón, tan en el ser, que logra sorprenderse con aquello que está ahí, a la vista de todos, pero que no vemos ni escuchamos.
Una película delicada, íntima, cotidiana y hermosa, enorme en su aparente pequeñez.
¡No dejen de verla!
Jim Jarmush. Paterson. 2016. Estados Unidos.
Desde el jueves 22 en Cine Arte Alameda y Cinemark Alto Las Condes.
Paterson: la poética y la belleza de lo cotidiano
