“Me atraen las historias como las de Walt Kowalsky, porque me gusta ver a gente de edad aún aprendiendo. Creo que aprendo algo cada día. Y mientras lo siga haciendo estaré feliz. Mi consejo es disfrutar y aprender. Nada demasiado complicado.” (Clint Eatswood).
Gran Torino, la cinta que protagonizó y dirigió Clint Eastwood, es de esas películas que hay que tener, pues se instala perfectamente en la categoría de clásico del cine.
Walter Kowalsky, veterano de la guerra de Corea, un duro polaco que acaba de enterrar a su mujer, jubilado de la Ford, empresa en la que trabajó durante 50 años, que no se lleva bien con su familia, ni menos con sus inmigrantes vecinos asiáticos, se ve obligado a relacionarse con ellos, poniendo en movimiento la caída de las falsas creencias y de los prejuicios enquistados.
Así, en esta notable película, el gran tema es que nunca es demasiado tarde para aprender a ser tolerante, ni menos para darse cuenta que las diferencias o separaciones que hacemos los seres humanos son sólo aparentes.
Mientras escribo estas líneas descubro que el columnista de El Mercurio, el profesor Agustín Squella, se ha referido a Gran Torino como una historia de redención. A mi me gusta más la palabra iniciación.
¿Recuerdan la última frase que se pronuncia en la película para niños El Rey León?
“Somos Uno”.
Clint Eatswood. Gran Torino. U.S.A. 2008.
Gran Torino: Una historia de Iniciación

admiro tu forma de extraer y despues explicar el espiritu de cada pequeña o gran cosa¡¡¡ gracias por la recomendacion , vi esta pelicula y realmente es tal cual dices. Eres realmente un ser de Luz¡¡¡ gracias Monicay Bendiciones miles para ti