Esta es mi película del 2019: Ad Astra, de James Grey.

Estamos definidos por las titánicas figuras del padre y la madre, y a su manera, nos acompañarán hasta el último de nuestros días. Y en estos tiempos de masculinidad eclipsada, el camino para sanarla es el re-encuentro de los hombres con su padre, y con las imágenes internas de lo masculino y de lo paternal. Una bella, profunda y emotiva reactualización del mito del padre y del hijo (ojo con la notable “The King” en Netflix).

Viajamos muy lejos para re-encontrarnos con nuestro padre, para salvarlo, para ser aceptados por él, para seguir sus pasos, para crear nuestro propio camino, para trascender allí donde él no pudo hacerlo…
Y solo después de eso, quizás, se pueda ser un buen hombre…

“Estoy estable, tranquilo, dormí bien, sin pesadillas. Estoy activo y comprometido. Soy consciente de mi entorno y de los que están en él. Estoy atento. Estoy enfocado en lo esencial, con exclusión de todo lo demás. No estoy seguro sobre el futuro, pero no estoy preocupado.
Confiaré en aquellos cercanos a mí. Compartiré su carga.
Y ellos compartirán la mía. Viviré y amaré.
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