“Somos viajeras y nostálgicas, y como muchos otros, que han empezado a retomar la antigua costumbre de enviar cartas escritas y postales, creamos, a partir de los textos en caligrafía antigua, de un cuaderno de recetas de cocina de 1893, nuestras Recetas Postal.
Queremos que nuestro proyecto contribuya a salir de lo electrónico. Para nosotras tiene mucho sentido el volver a lo simple, a lo lento, a hacer gozoso el acto de cocinar, de compartir, de brindar, y de regalar recetas de otros tiempos ajustadas a los tiempos de hoy“.
Así convocábamos, Marcela Gaete y yo, en la invitación al lanzamiento de este libro en construcción, que no sabemos si terminará en formato libro, o no.
La historia de este proyecto, está llena de inspiración y belleza.
Al morir los padres de Marcela, y al momento de desarmar la casa familiar, apareció un cuaderno de hojas amarillas, escrito por su bisabuela Mercedes, en perfecta caligrafía de 1893, titulado de puño y letra: “Libro de Cocina”. Al abrirlo, todo se llenó de olores, paisajes y sabores de otros tiempos.
Y eso es lo que hemos querido rescatar. Y en el rescate, nos hemos rescatado.
Cada vez que revisitamos, esas preparaciones de antaño, adecuándolas a los tiempos de hoy, salimos del tiempo ordinario y entramos en un tiempo extraordinario, en el cual pasan las horas mientras nosotras, confiadas, preparamos, calibramos, fotografiamos y disfrutamos las recetas.
Nos rescatamos, porque con el correcorre de hoy, ya casi no se cocina. Se come cada vez menos en torno a la mesa y algunos no saben qué es la sobremesa, ni menos la valoran. Hoy, que todo es digital, conversamos y compartimos menos.
Rescatémosnos, en la cocina, en la mesa nuestra, si no de cada día, de algunos días, donde las distintas generaciones se encuentren. Cuando preparemos con nostalgia esa salsa de tomates o esos bollitos que nos enseñó la abuela. O cuando nuestros hijos nos sorprendan alegremente con su deliciosa sazón.
