“Quien no sabe decir no enfermará. Quien siempre quiera responder a todas las expectativas, pronto notará con dolor sus límites. Y sólo aquel que sepa de límites, también podrá acercarse al otro y encontrarlo verdaderamente”.
Así reflexiona Anselm Grün, monje benedictino y sacerdote alemán a cargo de la Abadía de Münsterschwarzach, autor de numerosos libros, reconocido mundialmente por sus escritos de espiritualidad, traducidos a 28 idiomas.
Con la serenidad interior que caracteriza su pluma, Grün nos muestra que para que el encuentro resulte, es necesario un buen equilibrio entre la protección y la apertura, entre la delimitación y la entrega.
Así, recalcando los riesgos de la propia sobrevaloración, que llevan al agotamiento y a la extenuación, los límites, dice el autor, tienen que ver con un territorio o área sagrada, un sitio sustraído del mundo que todos los seres humanos tenemos, y al cual no deben tener acceso las personas con sus expectativas y pretensiones.
Debemos proteger el espacio interior y Grün nos enseña cómo. Subraya que cuanto mayor sea el contacto que tengamos con nosotros mismos, tanto menos podrá el otro intervenir en nuestros propios límites.
Existen familias en que todos traspasan los límites de todos. También sucede en el trabajo, con los amigos o las parejas, y para todas las relaciones se aplica que es importante poder delimitarse.
El motivo determinante por el cual muchas veces nos cuesta poner límites es el temor a no agradar o incluso a romper una relación por temor a ser rechazados. Pero el autor nos muestra que en realidad es a la inversa, pues la afirmación de los propios límites crea relaciones saludables. La delimitación no destruye la relación; por el contrario, construye una relación en otro nivel, uno más honesto. Así, cuando somos verdaderos, podemos ser felices y libres, y el no profundizará la relación.
El ámbito emocional es el que más se lesiona con las agresiones de los demás, y todos en algún momento, nos percatamos de que hemos perdido nuestro centro. Pero sólo quien es dueño de su centro podrá crecer más allá de sus propios límites.
Grün remata recordándonos que hay un espacio muy íntimo en nosotros, ese en el que vive Dios, y en el cual, pase lo que pase, se está protegido contra cualquier herida.
Anselm Grün y Ramona Robben. Límites Sanadores. Estrategias de autoprotección.Editorial Bonum, 2005
gracias Mónica por compartir. Esta reflección es un regalito del cielo.
Moni preciosa:He buscado este libro sin exito.Me puedes ayudar?Muchos cariños y gracias de antemano.
Querida Gloria: Conéctate con Fernando Mandiola de Megalibros. Te mandé un correo privado.
EXCELENTEEEEEE
Hola yo sufrí abuso emocional y sicológico por mi madre y como nunca puse limites llegue a una depresión que me llevo a un psiquiatra hasta que conocí ha mi marido y decidí poner limites ahora ella dice que soy mala hija. Pero mi vida cambio 180 grados y todo es mejor ahora soy mas responsable de mi vida y me gusta poner limites tiene muchos beneficios. Gracias,bay y suerte.