Horas antes de lanzar esta página web, en agosto del año 2010, aguardaba en el sitio en construcción esta bella imagen de Imbolc, palabra que en lengua irlandesa significa “en el ombligo” (i mbolg) y se asocia a la expresión “en el vientre” (de la madre).
Hay evidencia de que la festividad  de Imbolc se celebraba ya en el siglo XIX y principios del siglo XX en Irlanda y Escocia.
Hoy es su día en el Hemisferio Sur (en el Norte es el 2 de Febrero, día en que aquí recordamos a la Virgen de la Candelaria, carácter sagrado de la diosa luminosa que como hemos comentado más de una vez, fue asimilado con los años por la iglesia católica).
Tradicionalmente, Imbolc honra a las semillas que empiezan a germinar bajo la tierra, celebrando los días que visiblemente se van acercando al fin del invierno y comienzo de la primavera.
Es un tiempo que lleva a prepararse para nuevos planes y proyectos, para esas florescencias y esos alumbramientos que hoy duermen en la oscuridad del invierno, y una festividad donde rendimos honor a la diosa Madre en todas sus manifestaciones; la diosa, la doncella, la mujer adulta y la vieja, la sacerdotisa y la bruja,  todas son honradas y bendecidas en estos días que se alargan con la promesa de que el calor comienza a volver, permitiendo los principios de la germinación de todas las semillas.
Así, Imbolc, representa el retorno de la luz, pero desde la gestación de las fuerzas escondidas.
Cuentan que nuestras antepasadas acostumbraban  poner velas en todas las ventanas de la casa, empezando la tarde de la víspera, dejándolas encendidas hasta el amanecer; las mujeres solteras para atraer un buen esposo, y las casadas para preservar  su felicidad.
Muchos otros nombres recuerdan la festividad :Ambiwolka, Imbolic, Oimelc, Latha Fheill Brighde, La Fheille Bride, Gwyl Ffraed, Brígida, Calendas,  Lupercalia.
Honremos hoy esta fiesta de luz, que refleja los días cada vez más largos y la esperanza  en el eterno retorno de la primavera.