Aunque no la única, la primavera es sin duda la mejor estación del año para hacer un picnic.
La cantarina palabra es una expresión inglesa heredada del francés pique nique, y designa una comida informal en algún bonito lugar al aire libre.
Tradicionalmente se compone de sándwiches, frutas, tartas, galletas, queques, ensaladas, pollo o carnes frías, huevos duros, o cualquier alimento que sea liviano y fácil de transportar.
Mi favorito ( te invito a comentar el tuyo), es el picnic toscano a base de pan, quesos, embutidos y vino. Para que tenga encanto, son infaltables el canasto, las copas y el mantel a cuadros.
La merienda campestre fue inmortalizada por el famoso pintor francés Édouard Manet, en su obra el “Almuerzo sobre la hierba” ( Le Déjeuner sur l’herbe), un óleo realizado en 1863.
La inclusión de un desnudo femenino con caballeros completamente vestidos suscitó gran controversia en la época, cuando la obra se mostró por vez primera en el Salon des Refusés, luego de ser previamente rechazada por el Salón oficial. Según cuenta la historia, fue el lienzo «más irritante y controvertido» de esa exposición de obras vetadas, pues aparte de considerar vulgar el que una mujer estuviera desnuda junto a jóvenes vestidos, numerosos críticos objetaron la modernidad del estilo, desde el punto de vista cromático y compositivo.
Le Déjeuner sur l’herbe mide 208 cm de altura y 264,5 de largo y actualmente puede verse en el Museo de Orsay, en París, Francia.
fotógrafo: Mykl Roventine
Me sumo a tu picnic ideal, agregando pastrami y salmón ahumado con queso crema y hierbas…mmmmm!!! Además llevaría clery, champagne con durazno. ¡Y un lindo sombrero!