Una persona que amo, comentó, sobre el Primer Cabildo de Terapeutas Sanadores, “cuánta felicidad”.

Y sí, esa mañana del domingo recién pasado, las oleadas de amor fueron enormes. Qué digo felicidad, bienaventuranza.

Felicidad de encontrarnos con personas resonando alto, por la reconstrucción de un Chile más justo, más amoroso, más solidario. Felicidad de poder vibrar al unísono y enviar luz al centro de la tristeza, del dolor y de la desesperación.

Lo hemos dicho en muchas oportunidades y lo seguimos sosteniendo. La crisis que atravesamos corresponde a un nuevo ajuste de vibración planetaria, y lo que presenciamos en este tiempo aciago, son los dolores de parto de una nueva humanidad.

En Chile la situación es grave. Llevamos casi un mes de estallido social y muchas personas mutiladas, mayoritariamente en sus ojos. Quienes nos gobiernan, y tienen el poder para hacer los cambios, permanecen sordos y simbólicamente ciegos, a las demandas transversales , más allá de colores políticos y grupos etáreos.

Convocado por Pedro Engel, Gonzalo Pérez y Juan Marcos Aguirre, los organizadores esperaban 100 personas. Tuvieron que reaccionar rápidamente, pues llegamos más de 300 ; sicólogos, reikistas, astrólogos, tarotistas, numerólogos, canalizadores, regresistas, nos reunimos para trabajar en diálogos generativos.

¿Cómo es la sociedad que queremos y cuáles son las transformaciones personales y espirituales que se necesitan para poder avanzar en esa dirección?

¿Con qué recursos contamos (personal y colectivamente) y cómo podemos nosotros promover/facilitar/apoyar estos cambios a nivel personal, social y colectivo?

¿Qué acciones concretas podemos realizar en los próximos días, semanas y meses. ¿Con quiénes, cuándo, dónde?»

La lectura de las respuestas de los distintos grupos fueron  sorprendentes y mostraron  que nos encotrábamos muy  alineados, aún sin habernos conocido antes. Y claro, frente a esos resultados, nos conectamos con la más alta y pura alegría.

Somos hijos de la luz y es lo que seguiremos sosteniendo. Como dijo bellamente uno de los nuestros, nos seguiremos tejiendo.

Honrados de haber sido parte.

Gracias Gran Espíritu.