Parafraseando el título de esa gran película que es Encuentro con hombres notables, quiero compartir con ustedes mi encuentro con dos maestras espirituales, en lo que corre de este bendito año 2011, y desparramar a raudales su sutil y profundo paso por estas tierras.
La primera, la maestra sufi norteamericana Sharifa Oppenheimer, de quien ya les he hablado; la segunda, Didi Sudesh, maestra india de Brahma Kumaris, que estuvo en Chile a principios de año.
Perlas preciosas de sabiduría, encontré un común denominador en ellas:
Ambas buscan insistentemente el contacto visual y no dejan a nadie sin mirar a los ojos. Porque buscan la esencia, esa que a veces se asoma por las ventanas del alma, esa chispa divina que existe en cada uno de nosotros, donde somos uno, y vibra todo el universo.
Shariffa y Didi postulan que cuando cada casa y cada corazón sean un centro de Dios ya no necesitaremos ir a ningún templo. Ambas creen que todos pertenecemos al UNO; que venimos del UNO y que vamos hacia el UNO.
En la reunión con Didi me tocó compartir en la mesa de la Armonía. Alrededor, las mesas de la Honestidad y de la Humildad.
Didi nos invitó a ser “flores de loto”, a ser pura belleza nacida de nuestros propios pantanos. Didi nos instó a ser como la flor, que si está dando su fragancia no discrimina a quien; la da por igual a todos, ricos y pobres, generosos y egoístas, altos y bajos.
En el Zikher de ayer Shariffa subrayó la importancia de recordar y experimentar lo divino a través del día. El Zhiker consiste básicamente en la repetición de ciertos aspectos de Dios una y otra vez, en danzas circulares. Uno de los más comunes -y más bellos según mi entender- es aquel que dice “la il aha il Alá”, que puede traducirse en formas diferentes de decir como “no hay más Dios que Dios”, “no hay nada sino Dios”, “no hay nada más que lo divino”, o la forma que a mí más me gusta, “nada existe, sólo Dios”. Esta, o una frase similar, se repite una y otra vez, llevando siempre la atención de vuelta a lo divino.
Shariffa nos recordó una vez más que los Sufi buscan a Dios en el corazón de los hombres. Por eso, nos invitó a “barrer los corazones de impurezas”, el propio y el del resto. A ser el “equipo de los limpiadores” cuya herramienta es el Amor.
Ayer oramos especialmente porque se limpien las aguas en Japón y por los niños abusados y sufrientes del planteta.
También los puse a ustedes en mi corazón.
Fotografía: Claudia a los pies de la maestra, de Claudia Bello Plaza.
Precioso encuentro con Didi Sudesh en el cerro San Cristobal en los 25 años de Brahma Kumaris. Como me gustaría tener a esta persona con tanta sabiduría con nosotros en una forma mas permanente. No he conocido alguien con tal santidad. Gracias por venir conmigo a ese evento Mónica, me alegra mucho que lo hayas disfrutado tanto como yo. Muchos cariños.
Gracias a ti Claudia.
bendiciones a las benditas.
que mas Mónica?
repartir estas cumbres estelares con la misma generocidad que te caracteriza.
Besitos
Issa
Gracias por compartir esa sabiduria.