La Santísima Virgen María, a lo largo de toda la historia, se ha manifestado como madre, no solamente de Dios, sino de todos los hombres. Así, con distintos nombres y advocaciones, va expresando su infinito amor, acompañándonos día a día.
Hoy, 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción, también es el día de la Virgen María Desatanudos, o Nuestra Señora Knotenloserin (“la que desata los nudos”), cuya imagen se venera en la iglesia de Saint Peter am Perlach en Ausburgo (Alemania) y que se refiere a la mediación maternal de la Virgen para resolver la maraña de nuestras dificultades cotidianas: Conflictos en el matrimonio, embarazos complicados, asuntos familiares, ataduras, trabas, atascos,  y sobre todo nudos que parecen no tener solución. 
Probablemente pintada hacia el 1700, no se sabe a ciencia cierta quien es el autor de esta imagen barroca, aunque algunos sostienen que sería  obra de Johann Melchior Georg Schmittdner. Quien mira la pintura por primera vez, queda sorprendido por lo extraordinario del motivo:  No se trata de una pintura tradicional de la madre con su hijo, sino que de María actuando bajo la fuerza e inspiración del Espíritu Santo, que está sobre ella en forma de paloma. Rodeada de muchos ángeles, a su izquierda un ángel le alcanza la cinta llena de nudos y a su derecha otro ángel la recoge, ya desatada. Abajo de la luna que sostiene a María, puede apreciarse a un hombre caminando a oscuras guiado por la compañía de un ángel, lo cual nos remite a San Rafael guiando en su camino a Tobías .
Fue en la  la década de los 80, que esta imagen de María “la que desata los nudos”, fue traída desde Alemania hasta Argentina, por el sacerdote jesuita Jorge M. Bergoglio , quien a través de unas estampas  y haciendo componer una oración a Nuestra señora, la comenzó a distribuir entre las distintas personas que con él se conectaban.
Les dejo con la oración. María Desatanudos nunca defrauda.
Santa María desatadora de nudos
Santa María, llena de la presencia de Dios,
durante los días de tu vida aceptaste con
toda humildad la voluntad del Padre,
y el Maligno nunca fue capaz de enredarte con
sus confusiones.
Ya junto a tu Hijo
intercediste por nuestras dificultades y,
con toda sencillez y paciencia,
nos diste ejemplo de cómo desenredar
la madeja de nuestras vidas.
Y al quedarte para siempre como
Madre Nuestra, pones en orden y haces mas
claros los lazos que nos unen al Señor.
 
Santa María, Madre de Dios y Madre Nuestra,
Tú que con corazón materno desatas los
nudos que entorpecen nuestra vida,
te pedimos que nos recibas en tus manos
y que nos libres de las ataduras y confusiones
con que nos hostiga el que es nuestro enemigo.
Por tu gracia, por tu intercesión, con tu ejemplo,
líbranos de todo mal, Señora Nuestra
y desata los nudos, que impiden nos unamos a Dios,
para que libres de toda confusión y error,
los hallemos en todas las cosas,
tengamos en Él puestos nuestros
corazones y podamos servirle
siempre en nuestros hermanos. Amén