*Anónimo
Mi querida, sé que mejorarás, el ánimo influye mucho en la salud. Es duro aprender ciertas cosas, pero hay que hacerlo. Enfocarnos en todo lo que hay que agradecer, eso incluye, la especial capacidad de amar que se nos dio.
Es verdad que sufrimos más que otros, pero la hondura de nuestro amor es un regalo maravilloso.

Cuando vengas tengo mucho que contarte, horas de conversaciones solo las dos. Estos últimos años han sido un postgrado espiritual. Sé que el sufrimiento, al igual que la alegría está a la vuelta de la esquina, así como la esperanza y la desilusión. Pero aprendí que el sol volverá a salir una y otra vez, que yo siempre seré capaz de amar, que las heridas cicatrizan y que cada cicatriz nos recuerda un aprendizaje; por lo tanto es una bendición.

También sé que afronto el dolor de un modo nuevo, que ya no es el “enemigo”; es una “clase intensiva”; hoy lo vivo con mayor humildad, no lo eludo, lo miro a los ojos y hago mi mayor esfuerzo por escuchar lo que vino a decir.

He aprendido a soltar los amores esquivos, dejarlos ir sin ira, sin frustración, sabiendo que siempre ocuparán un lugar privilegiado en mi alma y que sin embargo, no serán impedimento para volver a amar.

Amar es una decisión, y nada externo puede evitar que ame decididamente, a eso vine a esta vida, solo a eso, lo demás es accesorio.

El resumen es que vale la pena, ningún precio es demasiado alto. Nada es más caro que dejar de amar por miedo a sufrir, nada deja un vacío mayor…

Yo decido amar y no permito que experiencia o persona alguna me prive de hacerlo.

Mis brazos se abren, al igual que los ojos de mi corazón y estoy atenta, porque tengo la certeza de que Él está allí, buscándome desde siempre y que al vernos nuestras almas se reconocerán.

Creo que nuestra existencia es un camino, a veces empinado, a veces en medio de una selva que nos obliga a ir machete en mano y también en muchas oportunidades un andar descalzos a orillas de un mar azul. Supongo que podemos encontramos con diferentes compañeros según la senda o con uno solo… sea como sea está bien. Agradezco el infinito bien que cada experiencia de amor ha traido a mi vida y bendigo cada risa y cada lágrima.

Sé que tú también lo haces. Así que cámbiate las zapatillas y comienza esta nueva parte de la ruta con la alegría de saber que has dejado tu corazón en cada paso, como una semilla de amor que florecerá, no para ti sino para el universo entero.