El 21 de diciembre del año pasado fue la última noche de la Era de Piscis. En los albores de la Era de Acuario, se entiende que haya muchos que todavía insisten en el viejo paradigma. No por maldad, sino por miedo a lo nuevo. No por pura perversidad, sino por ignorancia. No lo resisten, como en Matrix. Sin embargo, somos muchos los que ya vislumbramos hace rato una Nueva Tierra.
Comunidad, que significa común-unidad, y fraternidad. Esos son los valores que se vienen, pese a quien le pese, perpetuado en la era jurásica.
El año pasado en esta época escribía:
“Venimos de la triple conjunción del 2020, Júpiter, Saturno y Plutón en Capricornio, que vino a romper el viejo orden y las viejas estructuras, para dar paso a la construcción de un nuevo mundo, uno mucho más humano, más igualitario y con relaciones de horizontalidad más que de verticalidad, pues eso es Acuario,que nos traerá mayor libertad y mayor liviandad, claro que no de un día para otro. Estamos inciando ese proceso. ¿Qué se va de cada una de nuestras vidas para dar paso a lo nuevo?
El 2020 nos enseñó que sin el otro no avanzamos; que mis acciones repercuten en el grupo, y que las acciones del grupo repercuten en mi. Así, nos dejó en un nuevo peldaño de conciencia como humanidad, o al menos esa energía está disponible.
Se viene una nueva filosofía de vida, una nueva manera de movernos en el mundo, cambios en lo político y lo religioso, en las creencias, avances en lo tecnológico y en lo científico, en la aviación, en los descubrimientos, en la manera de relacionarnos con el planeta. Tendremos mucho movimiento en 2021.”
Me gusta lo que está pasando en Chile. Sigamos sosteniendo la Esperanza. Cuando venga alguien con pensamientos agoreros de que nos va a ir mal, de que la economía, de que nos van a robar, crucemos nuestros brazos sobre el centro cardíaco y digamos allá, en el sagrado silencio de nuestro corazón: Eso no entra en mi mundo.
Nos llenamos de amor y entregamos amor a nuestros seres amados.
Gracias por estar ahí.
Mónica De Simone Paoletta