Entre la muchas disciplinas que abrazó Jung; Mitología, Gnosis, Budismo, Yoga Kundalini, Astrología, la Alquimia, fue su último amor, como queda consignado en uno de sus libros más hermosos, Recuerdos, Sueños, Pensamientos. Publicado en 1961, Jung relata, cómo su vida se ha desarrollado, casi en su totalidad, en el foro interno de su ser, y por lo tanto, solamente puede recordar los sucesos ocurridos en esa vida interior.
Uno de los capítulos de ese libro, nos habla de la misteriosa Torre de Bollingen, donde el maestro vivió intensamente sus últimos días, escribiendo, pintando y esculpiendo la piedra (nada más alquímico).
Bollingen es un pequeño pueblo cerca de Rapperswil, en el Cantón de Sankt Gallen, Suiza. Su ubicación se sitúa sobre la orilla norte del Lago de Zürich y es parte del municipio de Jona.
Lugar de retiro y descanso, Bolingen, es una pequeña construcción en forma de castillete germánico, que Jung construyó dentro del pueblo mismo y en la orilla del lago Zurich.
La Torre, es una de las partes más atractivas de esta construcción y la cual, es el centro del simbolismo mismo de la propiedad. Y la representación misma de la vida, carácter y obra de Jung, es la Torre de este castillete.
Desde hace décadas, al lugar ya se lo conoce como la Torre de Jung o la Torre de Bollingen de la Casa de Jung.
«En la Torre de Bollingen es como si se viviese muchos siglos al mismo tiempo. El lugar me va a sobrevivir, y su ubicación y estilo apuntan hacia atrás, a las cosas de antaño. Y esto no es poco, para sugerirse en el presente. Si un hombre del siglo XVI fuese a mudarse a la casa, sólo la lámpara de kerosene y algunos otros objetos le serían novedosos; pudiendo vivir con total comodidad y libertad en este lugar. No hay nada que moleste a los muertos; ni siquiera hay luz eléctrica, ni teléfono. Por otra parte, las almas de mis antepasados se sustentan en la atmósfera de la casa, ya que responde a ellos aquellas preguntas que sus vidas, una vez dejaron atrás. Yo forje respuestas lo mejor que pude. Incluso he dibujado en las paredes. Es como si una familia silenciosa, se ha ido extendiendo a lo largo de los siglos, poblando la casa. Aquí vivo mi segunda personalidad, veo la vida en ronda, como algo que viene a la existencia y transmite…..».
Uno de sus lados contiene una cita del Rosarium Philosophorum de Villanova:
«HIC LAPIS EXILIS EXTAT PRETIO QVOQ VILIS, SPERNIT VN STVLTIS AMATVR PLVS AB EDOCTIS — IN MEMORIAM NATS DIEI LXXV C G JUNG EX GRAN FEC ET POS AO MCML» (esta piedra es pobre, y barata en su precio, desdeñada por los tontos, pero amada por todos los grandes sabios. en memoria del cumpleaños 75 de C. G. Jung, con gratitud hecha y establece la piedra, en el año 1950).
La inscripción en griego se traduce más o menos así: «Aion (Tiempo, Eternidad, Aeon) es un niño que juega, el juego, un niño es la realeza Telesphorus. (El realizador) recorre los lugares oscuros del mundo, como una estrella intermitente de las profundidades, guiando el camino a las Puertas del Sol y la Tierra de los Sueños»
El tercer lado contiene una inscripción en latín, inspirada y extraída desde Lapis Philosophorum:
«ORPHANUS SUM, SOLus TAmEn UBIQue REPerIOR, Unus Sum SeD MIHI COnTRARIus, IUVEnis Et SEnEX SimuL, NEC PATREm NeC MATREm NOVI, Q[UI]A LEVAnDus Sum E ProFunDO AD InSTAR PISCis, SEU DELABOR A COELO QUASI CALCULus ALBus, NEMORIBus MOnTIBusQue InERRO, In PEnITISSImO AUTEm HOmInE DELITESCO, MORTALis In UnUmQuoDQue CAPUT, Non TAmEn TAnGor TEmPorUm MUTATIOnE». (Yo soy un huérfano, sin embargo, encontrado en todas partes, aunque opuesto a mi mismo, joven y viejo al mismo tiempo, ni padre ni madre he conocido, pues soy elevado de las profundidades como los peces, o desciendo del cielo como la Piedra Blanca, por bosques y montañas ando vagabundo, pero me escondo en el hombre interior, soy mortal dentro de cada cabeza y aún no he sido tocado por el cambio de las estaciones.)